Primera Moneda del Mundo y la Primera en México
DONDE SE ACUÑARON LAS PRIMERAS MONEDAS DE LA HISTORIA .
Las
primeras monedas acuñadas con carácter oficial fueron hechas en Lidia,
(hoy Turquía), un pueblo de Asia Menor, aproximadamente entre los
años 680 y 560 a. C.
Después
de la experiencia de Lidia comenzaron a acuñarse monedas por orden de Darío
de Persia, luego de la conquista de Lidia, y posteriormente en Grecia.
Posteriormente,
las monedas proliferaron rápidamente en todos los países desarrollados del
mundo. Tanto los monarcas como los aristócratas, las ciudades y las
instituciones empezaron a acuñar dinero con su sello identificativo para
certificar la autenticidad del valor metálico de la moneda.
Algunas
de las primeras monedas tenían una composición muy estable, como es el caso del
dracma emitido en Atenas en el siglo VI a.C., con un contenido en torno
a los 65-67 gramos de plata fina, o como la redonda moneda china,
"qian", de cobre, aparecida en el siglo IV y que se mantuvo
como moneda oficial durante dos mil años. Sin embargo, las monedas siempre se
limaban o recortaban para sacar el metal precioso que contenían por lo que las
autoridades que las emitían estaban tentadas a rebajar la acuñación asegurándose
beneficios a corto plazo al reducir el contenido de metales preciosos. Las
monedas de baja calidad de bronce o cobre eran, de hecho, dinero
fiduciario cuyo valor dependía principalmente del número de monedas de oro
o cobre por las que se podían intercambiar. Las monedas de oro y plata solían
circular fuera del país que las emitía dado su valor intrínseco; así, el peso
de plata español, cuyo material provenía de las minas del Perú y de México,
se convirtió en una moneda de uso corriente en China a partir del siglo
XVI.
LA PRIMERA MONEDA ACUÑADA EN LO QUE HOY ES MÉXICO.
Las
primeras monedas que se acuñaron en México fueron las del tipo de Carlos y
Juana, llamadas así porque en su anverso se leen los nombres de los reyes en
latín (CAROLUS ET IOHANA REGES). Se trata de la reina Doña Juana (Juana la
Loca) y su hijo Carlos I, quien realmente gobernaba por la imposibilidad de su
madre.
Estas
monedas fueron hechas a mano, a golpe de martillo. A pesar de su rudimentaria
fabricación, son de grosor parejo, redondas y de buena apariencia. Se troquelaron
monedas de plata en denominaciones de 4, 3, 2, 1 y ½ real; también se acuñaron
monedas de cobre en denominaciones de 4 y 2 maravedíes para uso de los indios,
cuya fabricación fue suspendida por el rechazo de los naturales a esas monedas.
Se
conocen dos series: la primera tiene, frecuentemente, las leyendas en
caracteres góticos, mientras que la segunda se distingue por el uso de
caracteres latinos y, sobre todo, porque en el reverso lleva ondas marinas
entre las columnas de Hércules. En el anverso aparece el escudo de Castilla,
León y Granada (con cuadrantes divididos entre los castillos y leones, y una
granada en el rosetón inferior), la leyenda se completa en el reverso y
significa “Carlos y Juana reyes de España e Indias”; en el reverso aparecen dos
columnas de Hércules coronadas, unidas por una cartela que ostenta la divisa
PLUS ULTRA (más allá).
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